LOS HERMANOS HILDEBRANDT

Se ha dicho que, en el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Sancho Panza y Don Quijote, simbolizan los caracteres que, habitualmente hallamos entre los hombres.

Sancho es el hombre práctico, que sólo busca en la vida su interés, su conveniencia. Don Quijote en cambio es el desinteresado, idealista, que, por donde vaya, busca imponer la verdad y la justicia, aunque en ese afán de “desfacer entuertos”,salga a veces mal parado.

Me valgo de este introito para caracterizar a los hermanos Hildebrandt, tal como los veo a la distancia. Así, se me aparece doña Martha, como la femenina encarnación de Sancho Panza. No debería llamarse Martha, sino Sancha Hildebrandt, por su carácter esencialmente práctico. En efecto, cuando se trató de quitarles a los entrantes congresistas, la gollería llamada Gastos de Instalación, doña Martha, que en Lima vive toda su vida fue la primera en protestar, contra ese proyecto.¡Si ya iban más de setenta años que no acababa de instalarse en su ciudad natal! Pero eso no es nada todavía lector.

Cuando todos advertíamos, que una banda de ladrones y asesinos, llevaba al país al precipicio, la intelectual doña Martha, no lo notaba. Nunca se enteró y condenó el asesinato y descuartizamiento de Mariela Barreto Riofano; nunca supo del chuponeo a los adversarios del régimen; jamás conoció que Montesinos compraba tránsfugas para perpetuar al “Chino” en el poder. No supo en suma, que el Perú se había trasladado al África y que aquí solo mandaba la fuerza. No vio ni en televisión que, a fuerza de dólares, nuestros gloriosos generales se cuadraban y saludaban a un excapitán del Ejército expulsado del mismo, por vender secretos militares y otros delitos. Tampoco supo que,”el general vencedor” Hermoza Ríos esta en la cárcel por ladrón.

Hoy mismo, luego de las condenas a Fujimori y Montesinos, en ejemplares procesos que nadie ha cuestionado, jamás ha tenido una frase de censura para ellos. Pero,¡Cómo va a censurarlos, si ahora es una fujimorista vergonzante!...pero agradecida! Después de todo, lo que importa es el dinero, venga de donde venga y como venga. Su egoísmo es tal, que preguntada si veía a Marco Aurelio Denegri, despreciativa respondió que jamás lo veía.¡Cómo iba a verlo, si los secretos del idioma, sólo ella los conoce !Ninguna filosofía para acrecer su espíritu, y ser cada vez más solidaria, más humana. Ni siquiera cuando dormita en el congreso.

Cesar Hildebrandt está a mi entender, en las antípodas de su hermana. Su inmensa cultura, le permite tratar con sus entrevistados, los tópicos más disímiles, como si fuera un especialista en ellos. Su problema reside en que el suyo, es un periodismo comprometido con la patria y su destino y es aquí donde a veces choca con el gobierno de turno.

Recuérdese que al fallar el intento homicida contra Hildebrandt, Montesinos optó por comprar su salida de Panamericana, pagando buenos millones a ese otro “caballero a carta cabal” llamado Génaro Delgado Parker. Se cumplía así, una vez más, el destino de Hildebrant: quedar sin trabajo por atacar al gobierno de turno. En un país que ocupa los últimos lugares en el mundo, en los ámbitos de la educación y la cultura, se ha acallado la voz de Hildebrandt, no menos de once veces. El programa de Magaly Medina sigue en el aire sin problemas. La televisión basura de la Bozzo o la Medina, tienen por así decirlo, el “auspicio” del gobierno de turno y es que cumplen la función de dar circo al populacho, cuando es tarea del Estado, elevar al pueblo de la ignorancia a la gloria del conocimiento.

Beto Ortiz ha dicho que cuando Hildebrandt habla de envidia (La Primera de Lima)el tema , por tratarse de él, resulta casi autobiográfico; pero en esto cae Ortiz, a mi entender en un error garrafal. Cuando César emite una opinión, sabe a qué ser arriesga.

Pero el arrostra firme, conciente y deliberadamente el peligro. Escogió un destino y no lo elude. No hay sorpresa alguna para él. ¿Por qué envidiar entonces a la Medina a la Bozzo o al mismo Ortiz? A ellos no les importaría que el Perú sea un país con muchas leyes, pero sin ley.


Hugo Cervantes Castillo


Abogado


E-mail: hucercas@yahoo.com.ar

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